A la semana siguiente, cuando creía que me había recuperado del todo, volví a meterme en el blog, viendo que tenía un comentario. Algo extraño. Nunca tenía comentarios. Sin duda lo leía para sorprenderme. Tras un tímido saludo, por el que se disculpó por no estar acostumbrada a escribir comentarios, empezó a decirme que había leído todas mis entradas y esperaba que pronto me recuperara.
No pude evitar sonreír. La chica, intuí que era una chica por su nick, me contaba que había pasado por lo mismo, y que no debía de poner mala cara. Que todo se solucionaría.
No sabía hasta que punto tenía razón, hasta que no me había pasado. La conocí en un concierto, cuando el grupo preguntó que canción queríamos escuchar, y yo grité mi favorita. Casualmente también era la suya. Quedamos después del concierto, y muchas veces más después de aquel día. No supe en que punto comenzamos a quedar en plan mucho más informal. Hasta que empezamos a salir, casi sin darme cuenta.
Llegados a ese punto, volví a abrir el blog para escribir un nuevo mensaje. Agradeciendo a aquella chica, quien para volver a sorprenderme, respondió de nuevo.
“Lo sé”. Decía.
Y es que el amor es para todos… hasta para mi.
viernes, 2 de marzo de 2012
Liebe ist für alle da... nicht für mich [1ª Parte]
Con aquellas palabras, terminé el mensaje dándole a la tecla "publicar". Esperé unos instantes a que la página del blog volviera a cargar para informarme de que el mensaje se había enviado correctamente, antes de cerrar la pestaña de la red, sin ni siquiera mirar como había quedado el mensaje.
Apagué el portátil, antes de guardarlo en su bolsa correspondiente y dejarlo encima de la cama.
Me estiré en la silla, observando la mochila tirada en el suelo con los ejercicios para el día siguiente sin hacer. La cogí para abrirla y sacar una carpeta de anillas con muchas hojas sueltas. Sin archivar.
Busqué entre ellas un folio. Fue fácil de encontrar entre tantas hojas de cuadro, sólo para cogerlo, observar el rostro delicado de una chica que había dibujado, arrugar la hoja y tirarla a una papelera cercana.
Tres relaciones en menos de dos meses. Todas ellas habían acabado muy mal. Mientras, a mi alrededor todos eran parejas felices y llenas de amor.
Desde luego parecía que era algo que estaba en mí. Y por lo que no estaba dispuesto a pasar de nuevo.
Por que el amor es para todos... menos para mí
Apagué el portátil, antes de guardarlo en su bolsa correspondiente y dejarlo encima de la cama.
Me estiré en la silla, observando la mochila tirada en el suelo con los ejercicios para el día siguiente sin hacer. La cogí para abrirla y sacar una carpeta de anillas con muchas hojas sueltas. Sin archivar.
Busqué entre ellas un folio. Fue fácil de encontrar entre tantas hojas de cuadro, sólo para cogerlo, observar el rostro delicado de una chica que había dibujado, arrugar la hoja y tirarla a una papelera cercana.
Tres relaciones en menos de dos meses. Todas ellas habían acabado muy mal. Mientras, a mi alrededor todos eran parejas felices y llenas de amor.
Desde luego parecía que era algo que estaba en mí. Y por lo que no estaba dispuesto a pasar de nuevo.
Por que el amor es para todos... menos para mí
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